Primeras décadas del siglo XVI. Las guerras, el hambre y la injusticia devastan Europa y por doquier surgen movimientos que sueñan con un mundo mejor. Los anabaptistas son los más radicales: viven en comunidades aisladas, se niegan a participar en la guerra y a pagar impuestos, rechazan la propiedad privada y el dinero, imponen la posesión comunal de los bienes... Sus doctrinas pronto se revelan muy peligrosas para los poderes establecidos.
Galicia, primavera de 1536. Tras una noche de tormenta, a la playa que baña los pies de la perdida abadía de Santa María de Oia arriban dos náufragos, un antiguo fraile y un chiquillo...
El fraile es Baltasar Sachs, ex monje del Cister y hereje anabaptista, un hombre acuciado por el deseo de Dios que, como muchos de sus contemporáneos, se siente traicionado por una iglesia que predica la justicia y vive enfangada en el oropel.
El chiquillo, Jean, es hijo de la condesa Françoise de Foix y de, se rumorea, el que fue su amante durante muchos años, el rey Francisco I de Francia. Jean es buscado con ahínco por agentes de las principales cortes europeas...
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